noviembre 12, 2011

LA TRANSVERSALIDAD

La Ley General de Educación (Ley 115/94) fue promulgada con el ánimo de responder a las exigencias de estándares educativos mundiales, aspecto que nos incluyó en una competitividad desmesurada que solamente ahora empezamos a dilucidar. Anteriormente hablar de competitividad en educación, nos remitía a pensar empresarialmente y a llamar a nuestros alumnos, sujetos de nuestro trabajo, productos educativos, cosa que dentro de nuestro saber pedagógico, no tenía cabida. Por ese entonces, inicios de los 90, se aplicaba la tal apertura económica que penetró en todas las actividades comunitarias y lógicamente, un accionar ideológico tan valioso como la educación, no podía estar ajeno a estos cambios sociales, culturales, políticos y económicos.

Resultado de todos estos cambios, esta Ley, indica que cada comunidad educativa debe tener su Proyecto Educativo Institucional, proyecto abierto y en constante construcción. Esto da para que el currículo educativo, tome fuerza y empecemos a tener una visión más amplia de lo que es la educación y en ella la calidad. Al principio nos confundimos por las concepciones teórico-epistemológicas que se plantearon para crear los elementos de trabajo que necesitaba la educación colombiana.

El cambio y la lectura de los articulados de dicha Ley, nos hizo confundir, porque todavía estábamos (y a lo mejor seguimos estando) en la influencia del positivismo y el conductismo. Ambas tendencias todavía persisten en las aulas escolares. Un positivismo que reñía con el conductismo, porque como fuente de toda experimentación, el positivismo cuestionaba el accionar con estímulo-respuesta y en los peores casos acción-reacción. Esto confunde porque la Nueva Ley de Educación empieza a introducir elementos propios de la época como el Globalizar, la interdisciplinariedad y la integración. Se nos hace difícil, porque el conductismo nos acostumbró a separar, a dividir todo lo que fuera educativo. Por esto, la misma enseñanza respondía a contenidos, fraccionados, que como el caso de Lenguaje, enseñaba la letra, la sílaba y la palabra. La grafía se basaba en este proceso: del grafema m, que se repetía interminablemente; a la unión de la m con la a para que resultara ma y por último ma más otro ma, nos deba la palabra mamá. Era un proceso de dividir primero y luego integrar, en lugar de globalizar. Ahora las tendencias modernas, si usted ausculta bien, en estos aspectos del lenguaje globalizan; pero tenemos tremendas huellas del conductismo, lo cual dificulta la globalización y ésta es una de las fallas que tenemos los docentes para poder comprender lo que es la transversalidad y lo que debe ser su aplicación. Lo peor en este caso es, que las nuevas generaciones de docentes (normalistas superiores) no tienen la formación debida para dilucidar esta paradoja, ya que en las normales colombianas, quedan unos rezagos fuertes del conductismo, en los planes de estudio que se tienen implementando.

¿QUÉ ES GLOBALIZAR?

Por los años sesenta, los alemanes, que tenían mucha influencia en la educación colombiana, impulsaron la enseñanza globalizada que para ellos consistía en plantear un problema desde una determinada área del conocimiento y desde este problema, temática o hilo conductor, cada área incluía sus temas propios, que era propiamente una transversalización por temas y asignaturas. Con esta propuesta nos graduaron las normales en los años 68 al 75. Creo que todos los que egresamos en aquellos tiempos, manejábamos muy bien esta propuesta. Todo esto se reflejaba, antes de estos años, en lo que sería la escuela unitaria o nueva, que globaliza y lógicamente transversaliza. La globalización propende por organizar el proceso enseñanza-aprendizaje desde lo significativo, lo que hace estructurar la educación y los temas de aula, desde las necesidades propias del alumno dentro del contexto en el que está inmerso. En esta globalización entran en juego términos como articular, transversalidad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, los cuales debe dosificar el docente, lo que exige un cambio de actitud en el magisterio. No es sólo el pensar qué método es mejor o qué se puede aplicar para desarrollar competencias en nuestros alumnos, es el docente que desde su interior debe empezar a asimilar estas nuevas tendencias. Stenhouse dice que la mejora de la enseñanza se logra a través de la mejora del arte del docente y no por los intentos de mejorar los resultados de aprendizaje. El currículo justamente capacita para probar ideas en la práctica; así el docente se convierte en un investigador de su propia experiencia de enseñanza. El docente debe ser autónomo y libre. Debe tener claros sus propósitos y siempre ser guiado por el conocimiento. Estos elementos son articulados en la práctica para dar paso a lo que se conoce como investigación – acción. La investigación es el potencial del alumno, la preocupación del mismo, su colaboración y el perfeccionamiento de su potencial, mientras que la acción es la actividad realizada, de acuerdo con lo teórico para desarrollar el potencial del alumno.
Stenhouse presenta también problemas entre lo teórico y lo práctico: la metodología a utilizar y el percibir, comprender y describir lo que sucede en realidad en la escuela y en el aula. En definitiva, un currículo es una tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito educativo, de forma tal que permanezca abierto a una discusión crítica y pueda ser trasladado efectivamente a la práctica; es decir, un currículo debe estar basado en la praxis.

¿QUÉ ES ARTICULAR?

El significado de la palabra articular para el caso que nos ocupa es, organizar diversos elementos para lograr un conjunto coherente y eficaz. Este significado nos remite a comprender la articulación en educación como esa organización de elementos pedagógicos coherentes con las realidades contextuales para actuar eficazmente en la toma de decisiones para resignificarlas.
En el caso que estamos desarrollando, planteamos una articulación de las Competencias Ciudadanas, con los Proyectos Transversales Obligatorios y las diferentes áreas del conocimiento con el entorno social en que vivimos. Este sería el ¿qué? articulamos. La pregunta que surge inmediatamente es ¿para qué? articulamos. La posible respuesta es para que mediante esta articulación podamos llegar a lograr la ansiada integralidad del ser, de ese alumno que después va a ser un gran ciudadano. ¿Dónde? articulamos. Desde las aulas escolares para que incida en su hogar, barrio, ciudad y sociedad en general. El ¿cómo? articulamos es el que a continuación empezamos a plantear. Todo esto debe ser la base fundamental del PEI.


LA TRANSVERSALIDAD

La transversalidad la podemos definir y aplicar como aquella amalgama de saberes, que toman cuerpo cuando desde las áreas del conocimiento, mediante una lectura del contexto comunitario, en donde se deben tomar las realidades que se viven, se empiezan a resignificar, las que influyen en el desarrollo de las actividades escolares y comunitarias. Esa lectura del contexto, da las bases para establecer relaciones con los diferentes entes de la sociedad, desde el Estado en sí con su Plan de Desarrollo, las diferentes secretarías, las fundaciones, las asociaciones, grupo de sicólogos y colaboradores establecen o deben establecer una interacción efectiva, desde lo interinstitucional e intersectorial para que mediante el diálogo intercambien los saberes y puedan implementar políticas efectivas hacia la construcción de una cultura de paz basada en los derechos, el respeto y la capacidad para resolver pacíficamente los conflictos.

La lectura de contexto da los elementos propios para conocer cómo se efectúa la lectura de las realidades desde esa comunidad, porque la cultura marca la característica de cada región y esto es lo que importa, el cómo desde la escuela, interactuando con una serie de organizaciones que tienen incidencia en la comunidad, se van tomando decisiones que transformen la realidad comunitaria, en beneficio de un ejercicio ciudadano responsable.

La convivencia ciudadana y escolar, no es una asignatura aislada, sino una responsabilidad compartida que compromete a todas las áreas e instancias de la institución escolar y toda la comunidad educativa, conformada por las directivas, los docentes, los estudiantes, las familias, el personal administrativo y las demás personas que interactúan en ella.

El equipo docente tiene mucho que aportar, desde sus clases, al aprendizaje y a la práctica de estas competencias. En todas las áreas académicas se pueden proponer actividades, reflexiones y discusiones valiosas, después de tener una lectura del contexto real. Por ejemplo, una clase de Educación Física, un proyecto de Ciencias Naturales, un taller de teatro o de pintura, son espacios que nos permiten aprender a vivir y a trabajar juntos. No se trata de dejar de enseñar lo que es propio de cada área sino, por el contrario, de aprovechar esos conocimientos y habilidades específicas para contribuir a la formación ciudadana y a la transformación o resignificación de esas realidades. Las dinámicas cotidianas de la vida escolar también son excelentes ocasiones para el aprendizaje y la práctica de competencias ciudadanas. Cualquier decisión que necesitemos tomar, puede contribuir a desarrollar y practicar competencias de participación democrática.

Es importante vincular a los estudiantes y padres de familia en la construcción, el análisis crítico y la modificación de las normas que rigen sus actividades cotidianas. Por ejemplo, construir con los de tercero el manual de convivencia del salón o diseñar, con los de octavo, la organización y las reglas del juego de un encuentro deportivo, son proyectos que pueden llevarlos, no sólo a que se comprometan más con esas normas que ayudaron a crear, sino a comprender el sentido y el papel de las normas en la sociedad.

El salón, el recreo, las fiestas, los paseos, los eventos culturales y deportivos y todas las situaciones de la vida escolar en las que se establecen diversas relaciones entre estudiantes y docentes o entre los mismos estudiantes, son espacios reales donde se aprenden y practican competencias para la convivencia, el respeto y la defensa de los derechos humanos y el ejercicio de la pluralidad de ciertas competencias ciudadanas. Por ejemplo, el aprendizaje y la ejercitación (con casos reales o simulados) de habilidades para manejar pacífica, constructiva y creativamente los conflictos pueden ocurrir como parte de proyectos escolares, durante las actividades de dirección de grupo o en clases como Ética y Valores o Constitución y Democracia.

Otro de los espacios tradicionalmente usados para tratar los temas de ciudadanía es la clase de Ciencias Sociales. Y aunque ya sabemos que esta área no debe ser la única, sí debe seguir jugando un rol muy importante. Las Ciencias Sociales brindan conocimientos y conceptos fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía, tales como los mecanismos, las instancias y las dinámicas de participación democrática. Los lineamientos en Ciencias Sociales elaborados por el Ministerio de Educación ofrecen una guía para realizar este trabajo.

Los pedagogos se han ocupado de conceptualizar, como lo han hecho en México , un grupo de investigadores, que retoman la transversalidad como algo muy importante en la realidad magisterial: “Uno de los inconvenientes que se le atribuyen a la organización curricular tradicional en asignaturas o materias es que éstas se alejan de la realidad, ya que descontextualizan a los educandos de la vida cotidiana; desde esta orientación, la escuela tiende a dar un tratamiento de los contenidos académicos como fines en sí mismos, en lugar de tomarlos como un instrumento para el logro de otras finalidades formativas que posibiliten el desarrollo de los alumnos desde una perspectiva integral.
Ante tal situación, los temas transversales se revelan como una alternativa viable para responder a la vieja necesidad de conectar la institución escolar con la realidad social, cultural y económica.

¿Qué es la transversalidad? En muchas ocasiones se confunde este concepto con interdisciplinariedad o con determinado contenido de tipo procedimental. Lo distintivo de los contenidos transversales es que responden a demandas sociales de aprendizaje relacionadas con la vida cotidiana del alumno. Estos contenidos, si bien cada uno de ellos es objeto de una disciplina específica, tienen la cualidad de que atraviesan todas las áreas de contenidos y todas las actividades que se desarrollan en la escuela. Su abordaje no se circunscribe a una disciplina, o a un conjunto de disciplinas.
Cuando se hace referencia al concepto de transversalidad, se está aludiendo a un tipo de formato curricular por el cual ciertos temas atraviesan todos los contenidos curriculares llamados temas transversales y que toman como referente a la persona desde una dimensión biopsicosocial; en estos temas se haya implicada su sexualidad, su identidad sociocultural, los derechos humanos, el razonamiento, sus valores y juicios éticos y por tanto favorecen una educación integral ya que abarcan conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
“La transversalidad es un enfoque pedagógico dirigido a la integración, en los procesos de diseño, desarrollo y evaluación curricular, de determinados aprendizajes para la vida, de carácter interdisciplinario, globalizador y contextualizado, que resultan relevantes con vistas a preparar a las personas para participar protagónicamente en los procesos de desarrollo sostenible y en la construcción de una cultura de paz y democracia, mejorando la calidad de vida social e individual.” (CASTELLANOS: Op. Cit, p.18)

Sus principales características son:
Están vinculados a la innovación educativa y a un concepto participativo de la educación.
Propician un desarrollo equilibrado de la personalidad, el respeto a los derechos humanos, y contribuyen a eliminar la discriminación
Constituyen un campo de investigación para que la comunidad educativa colabore en su implantación mediante actividades de apoyo al aula y con actividades educativas complementarias.
Estas acciones pueden tener un carácter espontáneo pero deben acordarse, programarse y figurar en el Proyecto Escolar y los Planes de Trabajo.
No son asignaturas y por tanto no están sujetas a exámenes de acreditación.
Desde una concepción constructivista, puede decirse que la presencia de los temas transversales promueve la flexibilidad y el carácter abierto del currículum.
De este modo, la transversalidad curricular destaca los propósitos educativos referidos con aspectos actitudinales, así como las habilidades psicosociales necesarias para la formación integral de los alumnos. En este contexto, los contenidos se convierten en una mediación para que el proceso educativo abarque las informaciones necesarias para que los propósitos transversales se puedan lograr. Esto posibilita que se alcancen a relacionar varios contenidos de distintas asignaturas o disciplinas; por ello es importante reconocer la riqueza que reporta la interdisciplinariedad y la globalización curricular de los contenidos.
El término "transversalidad" se enmarca en la nueva concepción curricular que, ante la crisis de la función normativa de la escuela, la cual pretendía alcanzar conductas formales, neutras y susceptibles de ser generalizadas, aboga por un modelo en el que los contenidos se constituyen en el eje estructurador de objetivos y actividades. Esta concepción es sostenida, entre otras, por la teoría del aprendizaje significativo, por las aportaciones del constructivismo y por la influencia de la racionalidad comunicativa o dialógica de Habermas. (CAMPS, Victoria: 1993).
El referente anterior nos da una claridad conceptual al respecto de la transversalidad, en donde todo gira a realizar una planeación integral y efectiva . Al integrarse a la planeación escolar, los temas transversales toman en consideración una dimensión macrosocial, referida a situaciones sociales y culturales que afectan a la mayor parte de la población mundial y responden a problemas y conflictos que afectan actualmente a la naturaleza, a la humanidad y al propio individuo y que hoy en día fundamentalmente son: El problema ambiental, de la violencia, del subdesarrollo, del consumismo, de la salud (particularmente la farmacodependencia, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, abuso sexual, etc.) de vialidad, de la desigualdad de géneros.
Todo lo anterior trabajado desde el aula escolar, con una programación muy seria y profesional. Así nos lo recuerda Esmeralda Jiménez Rodríguez : “Entendemos la programación como un proceso mediante el cual reflexionamos y hacemos las previsiones pertinentes en torno al qué, cómo, cuándo y por qué ponemos en juego determinadas secuencias de aprendizajes y tareas y no otras, respondiendo a una intencionalidad educativa previamente formulada.
El tratamiento de los temas transversales en las programaciones puede hacerse de diversas formas:
- Unidades didácticas organizadas en torno a un tema de carácter general y en el que se incorpora la perspectiva de lo transversal.
- Programar los contenidos propios de un área en torno a un tema transversal.
- Unidades didácticas articuladas en torno a un contenido transversal”.

La transversalidad en la educación responde a una universalización del conocimiento, en donde el contexto, desempeña el papel más importante. Por esto, los estándares establecidos desde las dependencias ministeriales, encuadran la educación en un modo de pensar único, en donde la diversidad de contextos se unifican, perdiendo todo su significado ante la elaboración de proyectos necesarios en los diferentes entornos. El pensador chileno Magendzo nos recuerda: “Los Temas Transversales se instalan en el currículum como resultado de un proceso participativo y deliberativo en el que se han consensuado saberes e intenciones entre distintos actores sociales que han intervenido en el itinerario de su construcción. Los temas y contenidos transversales se proponen formar para la vida, atendiendo a dimensiones valóricas y cognitívas. La Transversalidad tiene especial preocupación por aquellos aprendizajes que se ubican en lo que ha sido denominado un currículum para la vida, lo que significa incorporarlo a un sistema abierto de conocimiento. Desde esta perspectiva el currículum -con una visión de futuro- inscribe temas, contenidos, habilidades y valores que se relacionan con la cultura democrática, la multiculturalidad, la ética y la postmodernidad, la vida afectiva, el desarrollo sustentable y la conservación ambiental, la vivencia de los derechos humanos en definitiva, con un currículum critico”.

Los Temas Transversales se insertan en la línea de formar estudiantes que sean capaces de transformar y crear nuevos conocimientos a través de la investigación y el procesamiento de información, de la capacidad de resolver problemas de manera reflexiva y metódica, con una disposición crítica y autocrítica, ligándose especialmente con los problemas del diario vivir. De igual manera hay preocupación por la formación ética de los alumnos y alumnas, haciendo hincapié, que estos aprendan a ejercer el ejercicio de la libertad y la autonomía personal, así como también realizar actos de generosidad y solidaridad. Los Temas Transversales refieren el desarrollo de la iniciativa personal, la creatividad, el trabajo en equipo, el espíritu emprendedor y productivo, valorando la diversidad y la variedad de la vida humana.

Todos le estamos apostando a la formación integral de nuestros alumnos; pero no sabemos cómo hacerla. Especulamos desde los escritorios, sin darnos cuenta que dentro de nosotros mismos está la respuesta del cómo. Es muy común que eso suceda en nosotros los docentes, agobiados por las implementaciones maratónicas que nos exigen los estamentos de dirección, en donde están más preocupados por resultados mediáticos a desarrollar procesos investigativos a fondo. Pudiéramos decir, que si se implementan grupos investigativos permanentes en la docencia, podríamos atender con veracidad ese desarrollo integral.

Basados en nuestro quehacer pedagógico cotidiano, en lo que desde diferentes regiones se viene aplicando en nuestro país y en lo que dictan algunos pedagogos, desde el Proyecto de Convivencia, definimos transversalidad como una estrategia pedagógica permanente dirigida a la integración de determinados aprendizajes para la vida, de carácter interdisciplinario, globalizador y contextualizado que resultan relevantes con el fin de preparar a los alumnos para participar protagónicamente en los procesos de desarrollo sostenible, que toman cuerpo cuando la lectura contextual me determina unas realidades concretas para poder resignificarlas y que tomen valor en las actividades escolares y comunitarias.

1 comentario:

  1. ES IMPORTANTE QUE TODO DOCENTE CONOZCA TODOS ESTOS TÉRMINOS QUE FUNCIONAN DENTRO DEL CURRÍCULO CON EL FIN DE APLICAR CORRECTAMENTE LOS PROYECTOS TRANSVERSALES OBLIGATORIOS.

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